viernes, 26 de diciembre de 2008

Suiza, la rezagada

En Julio de este año hice mi primer programa radial; el tema: el derecho al sufragio femenino en Suiza; el motivo: allí se dieron "el lujo" de darle vueltas al asunto hasta los 90's. Increible, no? En un país tan ejemplar en lo que conscierne a la democracia! En Colombia fue también tarde pero no tanto (1954).

Yo aquí les dejo el programa: el artículo está traducido al español pero el audio está solo en alemán, sin traducción. Ni modo... Entrevistadas fueron la Directora del Centro de Investigación, Formación e Información para Mujeres –FFBiz (http://www.ffbiz.de/htdocs/content/index01.htm), Doctora Ursula Nienhaus, y una asesora empresarial independiente, muy inteligente y buena gente, que cuenta de manera muy divertida cómo se las arreglaron en un cantón de Suiza para retardar el asunto hasta 1989.

Gracias por feedback! -el sonido tiene sus falencias, pero vale que era mi primer programa! ; )



Suiza, la rezagada

Suiza es conocida, entre otras cosas, por su admirable sistema democrático: su población cuenta con la mayor cuota de participación política conocida hasta la fecha en un país democrático. Sin embargo, el camino a esta afortunada circunstancia traza también la historia de una larga lucha por parte de la mujer.

Después de la primera guerra mundial
les llegó el momento a ciudadanas de varios países europeos como Alemania o Austria: ellas podían finalmente hacer aquéllo que a los hombres hace muchísimo tiempo les era permitido: votar. En la Unión Soviética se estableció el derecho al voto femenino después de la Revolución de Octubre. Y en Suiza? Allí se supo frenar todo, de tal manera que muchas mujeres no tuvieron el derecho a poner un poner un pie en la urna electoral hasta finales de los ochentas. La Directora del Centro de Investigación, Formación e Información para mujeres –FFBiz- y profesora de Estudios de Género, Doctora Ursula Nienhaus, explica la relación de este desarrollo polémico con el particular sistema político de Suiza:

"Ya que hablamos tan exaltadamente del tardío derecho electoral en Suiza... en realidad Suiza cuenta con una mejor democracia que en cualquier otro país europeo, pero el problema con el sufragio suizo es, por supuesto, que principalmente los hombres han votado. Tanto así que incluso fueron ellos, quiénes en 1971 impusieron el derecho al voto para las mujeres, pues debido a la construcción especial de Suiza tuvieron que haber votado la mayoría de hombres en favor de eso".

Pero la lucha no terminó allí, pues en Suiza cada cantón tiene la libertad de determinar su propia política. La pedagoga suiza y consultora independiente, Anne Kräuche, cuenta cuánto tiempo tardó hasta que el sufragio femenino fue reconocido en todo el país:

"En cada cantón se regula individualmente. Así pues, desde 1959 hasta 1989 fue introducido el derecho al voto de la mujer en todos los cantones. Algunos se tomaron demasiado tiempo".

Este es especialmente el caso de Appenzell-Innerhoden, el último Cantón en otorgarle a la mujer el derecho al sufragio, y eso bajo orden de la Corte Federal. Sobre todo los hombres de Appenzell-Innerhoden tenían un argumento extravagante para su oposición:

"Esta es una pequeña ciudad donde todo el mundo se encuentra en la plaza del pueblo para votar, -ellos no votan con un papel- ... todos se encuentran en la plaza del pueblo, allí en un escenario previamente montado se encuentran los dirigentes políticos. A continuación se lee el programa, y entonces los que están a favor, ponen las manos en alto, se mira o se cuenta, y después éstos bajan las manos. Luego alzan las manos los que están en contra, y, por último, ponen las manos en alto los que se abstienen; y así se obtiene el resultado de la votación. Ahora, el “documento de legitimación para votar” lo constituye un machete, que cada joven recibe cuando cumple dieciocho años. Este machete es como su título de elección; la autorización que los habilita para votar... así que solo a los hombres les es permitido reunirse en la plaza del pueblo en Appenzell! Ahora bien, si se tomara en consideración a las mujeres, en primer lugar, ellas no tienen machete (risas) y, en segundo lugar, ya no se podría votar simplemente con la mano, el lugar es demasiado pequeño! Este razonamiento me pareció irrisorio".

Tan machista como suena, en realidad los roles si estaban firmemente establecidos en la sociedad suiza hasta unas pocas décadas. Esto lo confirma la pedagoga e investigadora suiza de cuarenta y tres años de edad, quien lo tuvo que vivir en propia carne.

"Mi generación fue la última generación que recibía formación a nivel institucional para aprender a llevar una casa. Los jóvenes hombres tenían que hacer 17 semanas de servicio militar, y nosotras las jóvenes teníamos que cursar en la escuela durante 6 semanas “gobierno doméstico”, de modo que para nuestra profesión, ser madre y esposa, estuviéramos competentemente preparadas. Por lo tanto teníamos que aprender a cocinar, administración del hogar y otras actividades.”

Precisamente por esta razón, supone Anne Kräuche, era impensable para los hombres que las mujeres fueran capaces de algo distinto a cuidar de la familia, los niños y el bienestar del hombre.

"Cuando se mira qué partidos estaban en favor o en contra del sufragio femenino, se nota que el partido socialista demócrata lo favorecía, mientras que el partido cristiano o aquéllos partidos orientados hacia la clase campesina o hacia lo económico lo criticaban radicalmente, con el argumento de que las capacidades intelectuales de la mujer no eran suficientes para temas tan difíciles y complejos como la política. Y esto no era pensado de una manera negativa, simplemente se le había atribuido a las mujeres habilidades y cualidades que no incluían la capacidad mental".

Pero no sólo los hombres se oponían. Muchas mujeres al igual que los hombres conservaban inamovible el concepto de familia en el que el hombre es el sostén de la familia. La Doctora Nienhaus sugiere que este rechazo tiene que ver no sólo con tradición, sino también con el temor de Suiza ante las ideas comunistas de la época.

"Es cierto que en la Unión Soviética después de 1917, entre otras cosas por iniciativa de las mujeres, se introdujo otra política familiar, una mucho más liberal: fue aprobado el aborto, se introdujo otra política infantil, y así sucesivamente. Y el mundo entero, por así decirlo, que se oponía a la Revolución Soviética, hizo de ésta política un fantasma en contra de la familia natural. Lamentablemente ésta política en la Unión Soviética no duró mucho, ya que más tarde bajo Stalin todo se echó para atrás; pero en Europa todavía existía este fantasma de la disolución de la familia, y aún hoy podemos observar que esto prevalece fuertemente".

Sin embargo, en última instancia lo verdaderamente importante no es cuándo se consiguió el derecho al voto de la mujer, sino lo que se ha logrado con eso; y mejor dicho, lo que se logra*.


*La Doctora Nienhaus me explicó con respecto a esto, que según las teorías del poder de Hanna Arendt y de foucault, el derecho al voto es simplemente un símbolo: importante no es como tal votar, sino qué es lo que el voto me posibilita como individuo, pero sobre todo, como grupo, en este caso, como mujeres.

1 comentario:

Andrea Prieto Sàenz dijo...

Oye Jenn, que bueno. Algo de lo que realmente no conocia. Definitivamente es un orgullo ser mujer y conocer mujeres que se interesen por lo que hemos sido, por lo que somos y por lo que seremos... como dices al final, como grupo, como mujeres. Un abrazo.